Recuperar la relación de pareja

Casi todos hemos atravesado momentos difíciles en los que hemos visto muy difícil recuperar la relación de pareja que tuvimos en algún momento, cuando las cosas iban bien y sabemos lo que se siente cuando vemos que se avecina una posible ruptura o, en el mejor de los casos una crisis de pareja que nos empuje a hacer modificaciones y ajustes en la dinámica de la relación. Es muy importante atender cuidadosamente y con la mayor conciencia posible este momento en el que alguno de los dos integrantes de la pareja siente insatisfacción con algunas situaciones, experimenta que las cosas no están yendo bien y decide poner sobre la mesa estas cuestiones.

En la mayoría de las ocasiones el tema a trabajar será hacer los cambios necesarios que se necesitan para volver a recuperar la relación de pareja desde el bienestar y el intercambio positivo entre ambos integrantes de la pareja. Pueden ser cuestiones sencillas las que necesitan modificarse como cambios en la organización y responsabilidad de las tareas de la casa u otros temas más delicados como ponerse de acuerdo en todo lo relacionado con la gestión del dinero, la educación de los hijos, etc. Pero, en otras situaciones aún más complicadas, nos encontramos con que la relación ya está prácticamente rota y uno de los dos ya no quiere seguir poniendo energías y esfuerzo en recuperar y reparar el vínculo desde el bienestar perdido. Desde mi consulta de Terapia Gestalt en Barcelona observo que, como somos mamíferos y nuestra necesidad de vincularnos y de sentirnos pertenecientes es de gran importancia para obtener el cariño, cuidado y reconocimiento que todos necesitamos, este es un proceso muy delicado. Según cómo se aborde una posible ruptura determinará fuertemente a la persona que tiene que atravesar este dolor tan profundo. Es por eso que es tan importante dejarse ayudar por un terapeuta si se está atravesando una situación de este tipo. Si ambos están dispuestos a recuperar la relación de pareja y se comprometen a realizar un proceso terapéutico, ya sea por separado o conjuntamente a través de una terapia de pareja, normalmente el resultado es que la pareja recupera una fuerza muy grande al poder atravesar esa crisis con conciencia.

La pareja representa el vínculo más íntimo e importante después del que hemos tenido con nuestros padres. En el mejor de los casos, cuando las cosas están bien, es un espacio en el que encontramos a un compañero con el cual experimentar confianza, sexualidad, cariño, amistad. El formato de relación, los acuerdos y contratos que se establecen entre los dos integrantes depende de cada pareja y es necesario que sea definido claramente por ambos, aunque lo más común es que no sea así al comienzo y se atraviese una crisis que hará poner orden en estas cuestiones. Por ejemplo: cuántas veces se van a ver a la semana, tipo de compromiso que van a establecer, límites, forma de relacionarse con las familias de origen, si van a tener hijos o no, etc. Al no ser plenamente explicitadas estas dinámicas, lo que suele pasar es que cada uno de los miembros de la pareja proyecta una idea de cómo deberían ser las cosas y hacia dónde se dirigen en la relación sin que coincidan con las ideas del otro.

Muchas personas creen que esto quita el romanticismo y la magia de la relación, pretenden que el otro adivine sus deseos y proyecciones de las altas expectativas que tienen sobre esa relación y terminan frustrándose al ver que el otro no sólo no lo puede hacer sino que se le ha hecho muy pesado sostener la imagen de un ideal de amor poco conectado con la realidad de un ser humano que necesita que le manifiesten claramente los deseos y necesidades. Pretender que nuestra pareja posea una bola de cristal a través de la que sepa todo lo que es importante para nosotros es encaminarse con seguridad hacia la insatisfacción y el malestar. Conviene evitarnos malos entendidos, supuestos y obviedades que no existen, así obtendremos la tranquilidad y el bienestar desde una actitud más madura y real. Es el niño el que espera que su madre le de todo sin poner nada de su parte, y lo claro es que para que una relación de pareja funcione tiene que ser un encuentro entre dos adultos dispuestos a comunicarse claramente y de manera transparente.

Al comienzo de la relación se vive una etapa muy intensa de enamoramiento en la que normalmente se ve poco al otro y estamos atrapados en la idealización y la intensidad. Pero con el tiempo se dan cambios y la pareja pasa por diferentes momentos y etapas. Recuperar la relación de pareja no significa regresar a este momento inicial del enamoramiento. Es diferente la problemática que encuentro a través de mi trabajo en una pareja que se acaba de conocer y que comienza a establecer la base y los acuerdos en los que se va a sostener la relación que la que se presenta en una pareja que ya lleva años juntos y tienen hijos y responsabilidades más grandes. Así como la crisis que atraviesa una pareja que ya tiene los hijos mayores y están en el momento de independizarse e irse de casa. En estos momentos en los que surgen los conflictos es importante tener la flexibilidad para realizar los ajustes necesarios que a su vez pueden abrir nuevos conflictos que van destapando problemáticas que si se atienden cuidadosamente transformarán la relación aportándole un gran bienestar y renovación. Saber que los conflictos no son negativos es muy importante, sino que son las formas en las que la relación se expresa. Lo que es fundamental es la manera de gestionar y resolverlos. Reconocer si se establecen dinámicas de acuerdo mutuo o luchas de poder en las que uno de los dos tiene que tener la razón y ganar por encima del otro. Si se tiende a negar que hay conflictos y se culpa al otro para no tener que ver la propia responsabilidad y esforzarse en realizar cambios. Recuperar la relación de pareja después de una crisis implica atender a todo esto desde el cariño y la comprensión mutua.

En la mayoría de los casos en los que una pareja acude a mi consulta es porque sienten que la relación está llegando a un punto en el que peligra su continuidad. La terapia de pareja es fundamental en estos momentos, si bien lo ideal sería no esperar hasta último momento ya que en esos casos puede llegar a ser muy tarde y recuperar la relación de pareja puede ser una tarea difícil, aunque no imposible. Llegan a la primera sesión con la sensación de que algo grave está ocurriendo y no saben con claridad cómo enfrentarse a ello. Desde mi trabajo a través de la terapia de pareja facilito que la propia pareja vaya teniendo más claridad sobre lo que les está ocurriendo y encuentren las soluciones a sus problemas dentro de lo que es su propia manera de funcionar, sin intervenir con mi visión de lo que es una relación de pareja sino más bien comprendiendo su propio modelo desde el absoluto respeto en el que no hay lugar para juicios ni imposiciones.

Situaciones que hacen necesaria una terapia para recuperar la relación de pareja:

Infidelidades, desconfianza, problemas económicos, falta de deseo, celos, falta de acuerdo con respecto a la educación de los hijos, integrantes de las familias de origen que intervienen en la intimidad de la pareja, emancipación de los hijos, enfermedades, jubilación, peleas, el fracaso de un proyecto en común, diferente evolución de los integrantes…

La Terapia Gestalt, ya sea desde un proceso de terapia de pareja o individual tiene una gran efectividad para acompañar en estos tránsitos. Dejarse ayudar y acompañar es fundamental para evitar caer en un sufrimiento innecesario y recuperar el equilibrio y el disfrute.

Verónica Civatti, terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

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