Mecanismos neuróticos

Cuando venimos al mundo, en esos primeros momentos de nuestra vida, no tenemos la conciencia de que somos un ser separado de nuestra madre y de los demás. Vivimos en un estado de fusión por el que no percibimos que los demás poseen un cuerpo, ideas, pensamientos y emociones diferentes a los nuestros. Poco a poco, a partir del desarrollo y de las experiencias de esta primera etapa nos vamos reconociendo separados de los demás, y se va construyendo nuestra mente y su manera de operar. Los seres humanos somos mamíferos y poseemos el mayor nivel de dependencia y fragilidad en comparación con el resto de los animales. Esto hace que tengamos la necesidad de crear mecanismos que nos ayuden a protegernos y defendernos ante las situaciones que nos sobrepasan en nuestra infancia como descuidos, situaciones de peligro ante las que nos pudimos haber visto expuestos y demás tipo de traumas. Esos mecanismos que al comienzo nos hacen sentir seguros y protegidos se convierten en automatismos que, una vez que crecemos, ya no necesitamos pero se han instalado en nosotros como una forma automática de responder ante las situaciones y relaciones interpersonales. Estos se convierten entonces en mecanismos neuróticos.

En mi consulta como terapeuta Gestalt en Barcelona acompaño a que las personas puedan darse cuenta de cómo funcionan en ellas estos engranajes y aprendan a ser capaces de responder a las situaciones desde una mayor flexibilidad y comprensión de lo que se está viviendo y no desde las experiencias del pasado que nos hacen distorsionar la realidad y actuar en el presente de manera poco efectiva y conflictiva. Esto se debe porque quedó instalada la huella de aquellas experiencias dolorosas del pasado en las que por ser niños no les pudimos hacer frente y el miedo, la huida y la impotencia se grabaron a fuego en nuestro cuerpo y memoria. Entonces como decía, nuestro ser continúa creyéndose sin autoapoyo ni autonomía suficiente para afrontar la vida a través de otro funcionamiento y sigue expresándose por medio de estos mecanismos neuróticos, y con el paso de los años se va poniendo cada vez más rígido y automático. A esto es a lo que denominamos neurosis y que desde la Terapia Gestalt se trabaja de manera muy efectiva y directa.

La terapia y el trabajo con los mecanismos neuróticos

Todo proceso terapéutico serio tiene que poner luz en estos mecanismos neuróticos e ir aportando conciencia para ayudar al paciente a que sea capaz de comenzar a funcionar de otras maneras, más acordes a su situación actual y que le proporcionarán una mayor plenitud y bienestar en su vida.Así, en vez de pensar que esa manera de operar es la propia manera de ser, las personas comienzan a liberarse de ese pesado traje que se asemeja a una armadura que aprisiona y coarta la libertad de expresarse y vivir genuinamente. De repente, se presentan nuevas maneras de hacer las cosas, se es capaz de establecer relaciones saludables y se abre el abanico de posibilidades que siempre estuvieron delante pero que la ceguera de la neurosis lo impedía.

En mi consulta de Terapia Gestalt en Barcelona acompaño a que los pacientes profundicen en estos mecanismos neuróticos de su carácter y puedan la mirada y la capacidad de acción para cambiar ese traje de hojalata en un abanico de vestidos de diferentes colores y texturas aportando una mayor riqueza y satisfacción en la vida de las personas. Durante este proceso suele pasar que tomar conciencia del automatismo propio implica mirar de frente cómo con nuestra propia inconsciencia hemos herido a los demás y a nosotros mismos. El hecho de haber sido incapaces de discernir las situaciones con claridad nos ha hecho actuar de manera poco consciente y las huellas del desamparo del pasado nos impulsan a creer que no contamos con recursos para hacerlo y que debemos asegurarnos como sea la supervivencia. El proceso terapéutico lleva a las personas a un autoconocimiento muy profundo.

Una de las tareas más importantes que podemos hacer en nuestras vidas es querer conocernos a nosotros mismos para poder profundizar en las infinitas capacidades y potenciales que están aguardando ser puestos en acción, al servicio nuestro y de los demás.

En los momentos más difíciles de nuestra vida, en las crisis  de pareja, muertes de seres queridos, pérdidas económicas, etc es cuando los mecanismos neuróticos se presentan con fuerza y es muy importante que seamos capaces de pedir ayuda a un terapeuta. La terapia ayuda a que las personas salgan de ese sufrimiento innecesario que no conduce a ningún sitio y realicen una transformación a partir del entregarse a sentir el propio dolor sin esas defensas neuróticas que se lo impiden. Así, van tomando conciencia de que cuentan con recursos para afrontar lo que está ocurriendo y obtienen una gran fuerza para superar las situaciones presentes por más difíciles que puedan ser. Finalmente, cuando ha habido compromiso en el proceso y responsabilidad, siempre escucho decir a las personas que ha valido la pena, que cada vez son más capaces de ser ellas mismas y no esa máscara que la neurosis les hacía creer ser.

Verónica Civatti, terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar).

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