Síntomas y malestares

Los síntomas y malestares físicos que tenemos en casi todos los casos son manifestaciones que nos hablan de nuestro estado psico-emocional. La Terapia Gestalt ayuda a que las personas puedan descifrar el mensaje que los síntomas les están queriendo transmitir a través del malestar anímico y, desde esa conciencia puedan tomar las decisiones adecuadas, realizar los cambios necesarios, digerir situaciones que no habían sido superadas y largos etcéteras.

En mi consulta como terapeuta Gestalt en Barcelona ayudo a que las personas tomen conciencia de que en todo lo que nos ocurre tenemos la oportunidad de hacernos responsables en vez de situarnos en una posición de víctimas para no tomar las riendas de nuestra evolución y crecimiento. Querer comprender qué nos están comunicando esos síntomas y malestares forma parte de la responsabilidad que necesitamos para evolucionar y recuperar la salud y plenitud en todos los niveles.

Cuando estamos en un estado de desequilibrio psíquico, esto se manifiesta en nuestro cuerpo de múltiples maneras. Es decir, nuestro cuerpo es el vehículo a través del cual se manifiestan y llevan a cabo todos los procesos y cambios que se dan en la consciencia. Entonces si una persona se encuentra padeciendo una situación que no está siendo elaborada por su consciencia, su cuerpo va a intentar hacerle ver esto a través de síntomas.

Esto no quiere decir que cuando nos encontramos frente a enfermedades, síntomas y malestares no tengamos que acudir a tratamientos que estén avalados por rigurosos procedimientos biológicos y científicos ni mucho menos ya que son necesarios y, en algunos casos, de manera urgente. Más bien creo que se trata de tener en cuenta que lo biológico responde también a lo emocional y psíquico y que no basta solamente con la mirada científica.

En mi trabajo recibo a muchas personas que se presentan con síntomas y malestares que cuando empiezan a comprender las razones y a llevarlas a la luz de la consciencia mejoran notablemente. Esos síntomas y malestares les han permitido realizar un proceso profundo de autoconocimiento que les va llevando hacia una total transformación personal. Lo que se hallaba en la sombra empieza a airearse,  podemos comenzar a ponerle palabras, consciencia, comprensión, compasión y entendimiento, todo lo que es necesario para una correcta y verdadera sanación.

Los pacientes que comienzan a realizar una reflexión existencial muchas veces se han visto impulsados a esto ya que el sufrimiento manifestado en forma de enfermedades, síntomas y malestares les ha obligado a comenzar un proceso terapéutico. Así es como se dan cuenta de que ha sido necesario ese grito del cuerpo ante la incapacidad que tenían previamente para estar alineados con los deseos de su Ser esencial.

Puede verse cómo una vez que se da el paso y se toma la decisión de acudir a un terapeuta, la vida comienza a reorientarse cada vez más hacia la satisfacción y el bienestar. Ya no son necesarias estas manifestaciones de enfermedades, síntomas y malestares para que nos atrevamos a comprometernos con la vida y nuestro camino verdadero. Tampoco para que nos demos cuenta de cómo de mal están yendo nuestras relaciones, por el contrario, esta es una de las áreas en las que más podemos notar los beneficios de la Terapia Gestalt, ya que mejoran notablemente.

De esta manera comenzamos a ver cómo los síntomas y malestares funcionaban como señales y transmisores de información que acudían a nosotros para que estemos atentos y recuperemos el camino desde el rumbo adecuado. Así es como podemos mirar a la enfermedad con otros ojos, como la manifestación de un intento de sanación.

La sanación se da cuando nos volvemos a aproximar al estado de plenitud que vivimos en nuestros comienzos de vida, antes de la caída en el sufrimiento. Cuando nos completamos e incluimos lo que se había separado en nuestro Ser y nos acercamos a la Totalidad integrando lo que se había fragmentado dentro de nosotros mismos. Para esto hace falta un profundo y comprometido trabajo por parte de nosotros en la terapia.

¿Qué nos dicen los síntomas y malestares?

Desde mi trabajo miro a la enfermedad, a los síntomas y malestares como mensajeros y portadores de una información importante para el paciente. Quiero dejar bien en claro que esto no excluye el hecho de que se vaya a desatender la enfermedad desde el tratamiento médico científico ni mucho menos. Eso sería una imprudencia. Hay muchos caminos y los pacientes eligen tratamientos naturales o puramente científicos, otros alternan e incorporan los dos al mismo tiempo, en fin, hay muchas alternativas y variables. Nuestra salud merece ser atendida correctamente y dependiendo de los niveles en los que se encuentren nuestros síntomas y malestares deberemos acudir a uno u otro tratamiento sin someternos a riesgos innecesarios. Me refiero más bien a la mirada y comprensión de lo que hay detrás de lo que nos está ocurriendo.

Las personas que nos hemos embarcado en un proceso profundo terapéutico miramos las manifestaciones del cuerpo con una comprensión y una consciencia que hace que no separemos el cuerpo de la mente. Poder profundizar de la mano de un terapeuta que tenga la suficiente experiencia y haya hecho el mismo su proceso de manera seria y comprometida nos ayudará a saber además de qué es y cómo es ese síntoma, por qué y para qué se manifiesta. La supresión de los síntomas y malestares no significa que hayamos sanado, si bien muchas ramas de la medicina toman esto como la curación, una vez acallado el mensaje que nos transmitía las señales de alarma de que algo no va bien, comenzará un proceso por debajo que expresará de otra manera lo que nos está ocurriendo. El problema es que a veces esta otra manera que encuentra de manifestarse es mucho menos fácil de percibir, lo que no quiere decir que menos grave.

He comprobado la importancia de profundizar y contactar con nuestros pensamientos, fantasías, sueños, acontecimientos y noticias a través de los que podamos situar los síntomas que se manifiestan y relacionarlos con lo ocurrido. De esa manera podremos integrar los sucesos dolorosos, digerirlos, sanarlos en vez de enterrarlos y ocuparnos solamente de que no se vean en el exterior. Esto es cartón pintado, pan para hoy y hambre para mañana. Lo recomendable es encarar de frente los problemas y tener la valentía de adentrarse en un camino de autoconocimiento e introspección.

La Terapia Gestalt es altamente recomendable para descifrar y sanar lo que se encuentra debajo de los síntomas y malestares. Nos libera y ayuda a tratar de raíz el tema de fondo que mueve todo lo que nos está generando sufrimiento. Vale la pena ocuparnos, los cambios que iremos haciendo nos orientarán hacia una vida más plena y feliz.

Verónica Civatti, terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

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