Mi proceso terapéutico

En esta nota quiero hablar sobre lo que ha sido mi proceso terapéutico y seguiré ampliando el tema de los síntomas y malestares y cómo es que todas las vivencias difíciles que no hemos podido procesar de manera adecuada se nos van a presentar a través de estos en nuestro cuerpo para avisarnos de que algo no va bien y tengamos la oportunidad de tomar una nueva dirección en nuestras vidas. A través de la Terapia Gestalt en Barcelona acompaño a mis pacientes a que aumenten su darse cuenta y contacten con lo que les está ocurriendo, traspasando las defensas, fantasías y auto-engaños que, al igual que todos los seres humanos, crean para no sentir el dolor.

Mi proceso terapéutico como proceso de autoconocimiento

El trabajo de ampliar la consciencia implica tener muchas ganas de sanar y poner las energías en esa dirección con fuerza y convicción. No todas las personas están dispuestas a hacer este camino, si bien no dudo en decir que es una de las cosas que a mí más me han servido en esta vida y por la que no me arrepentiré nunca. Puedo afirmar que mis años de terapia han sido, además de largos, muy beneficiosos para mi salud y bienestar a todos los niveles. A medida que avanzaba con mi proceso terapéutico fui abriéndome cada vez hacia una vida con un mayor sentido y una mayor serenidad y gozo.

Previamente a esto solía tener muchos problemas que no acababa de comprender y que me traían mucho sufrimiento e infelicidad. Los síntomas a través de los que mi cuerpo hablaba y que yo no lograba comprender variaban en intensidad y gravedad sin saber cómo recuperar mi equilibrio. Todo lo que no era capaz de experimentar conscientemente hablaba a través de mi cuerpo. Tenía eccemas en la piel, sinusitis crónica, falta de energía a unos niveles muy importantes que me dejaban sin fuerzas para sentirme viva. Me estaba enfermando y no encontraba la manera de salir de este circuito.

Mi proceso terapéutico lo hice a través de un trabajo constante y paciente que me ayudó a encontrar la conexión con lo que me estaba ocurriendo y a conocer las causas de lo que no estaba pudiendo digerir. Cuando las cosas se pusieron más difíciles, antes de comenzar con la terapia y por supuesto antes de comenzar a trabajar como terapeuta Gestalt en Barcelona, había tocado fondo. Ya un riñón me había dejado de funcionar y me encontraba intoxicada de tantas emociones negativas y de situaciones que no sabía cómo procesar. El poder adentrarme en mi mundo interno y comprender lo que estaba ocurriendo, bien acompañada y en un entorno de seguridad y aceptación ha sido totalmente transformador para mí y lo que ha sido mi vida de ahí en adelante. Todo ha ido mejorando, mi vida iba recobrando el rumbo y la alegría y esperanza se volvían a instalar ya que se habían esfumado hacía mucho tiempo de mi cotidianeidad.

Mi proceso terapéutico me hizo ver que el conocimiento y la verdad nos ayudan a destruir las ilusiones con las que nuestro ego se defiende de contactar con los aspectos difíciles y dolorosos creyendo que es lo mejor para nosotros y, de esta manera equivocada nos deja sumergidos en el sufrimiento crónico repitiendo una y otra vez las mismas situaciones que no nos dejan avanzar. Pude experimentar que el dolor al sentirse se libera, es algo que alivia, muy por el contrario de lo que cree nuestro ego que se defiende de el creando todo tipo de argumentos engañosos que nos dejan hundidos y en la enfermedad. Me di cuenta que el trabajo de auto-cuestionamiento realizado con sinceridad nos abre una puerta que nos saca de la prisión y la auto-tortura neurótica de la que tanto se ocupa la Terapia Gestalt de liberarnos.

Es cierto que necesitamos mucho coraje para animarnos a dar el paso, contactar con un buen terapeuta y decidirnos a comenzar con este camino de introspección. Una cosa que a mí me ha ayudado mucho en mi proceso terapéutico como paciente fue querer descubrir y poner luz sobre lo que se había quedado atrapado en la sombra. El trabajo con los sueños ha sido y es para mí un ingrediente importante para esto. También el hecho de descubrir y enfrentarme a los aspectos no deseados del Yo con una observación despojada de prejuicios. Desde mi trabajo compruebo que una mirada compasiva hacia todo lo que pueda parecer desagradable o “malo” es altamente sanador ya que todo forma parte de nosotros, hasta esos aspectos que tenemos la idea que debemos esconder y los reprimimos generando más conflicto y enfermedad. Abrazar todo lo que es y lo que somos con aceptación es lo que genera que la transformación ocurra.

Por último y aunque parezca una obviedad quisiera decir que el hecho de reconocer que uno no está funcionando de manera satisfactoria y contactar con un terapeuta representa más de la mitad del trabajo. En mi caso puedo decir que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida

Verónica Civatti, terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

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