Mejorar la comunicación en la pareja

Uno de los motivos más frecuentes de las crisis conyugales se debe a que la comunicación en la pareja es perjudicial. En mi trabajo observo y escucho a personas que sufren y tienen graves malestares físicos y emocionales porque no pueden expresar claramente lo que quieren decir y comunicar.

Una buena comunicación en la pareja es fundamental para poder tener relaciones saludables y eso significa ser capaces de ser asertivos y claros en nuestra manera de expresarnos. Ahora, ¿cómo podemos comunicarnos de manera asertiva si no estamos acostumbrados a ser auténticos y a sentirnos merecedores de expresar lo que nos ocurre sin tener miedo de ser rechazados y juzgados?

Una genuina comunicación en la pareja

La Terapia Gestalt hace mucho hincapié en la importancia de ser transparentes y no falsearnos, siendo capaces de darnos cuenta de lo que nos está ocurriendo a nivel mental, emocional, físico y de ser capaces de mirar de frente lo que ocurre, sea lo que sea. Es decir, no inventarnos una historia bonita e irreal frente a una realidad que nos está resultando desagradable, no minimizar las incomodidades que estoy sintiendo con el otro por no confrontar y por no decirle que algo de lo que me está haciendo o diciendo me está dañando.

Hay varias cuestiones a tener en cuenta con respecto a la asertividad. Es importante tomárnoslo como un aprendizaje y, para muchas personas saber que la ayuda terapéutica es fundamental para lograr esto que trae como consecuencia una mejora importante en la comunicación en la pareja y por lo tanto mucho alivio. La terapia ayuda a ir más directamente al grano, a poder liberar a la persona de problemas repetitivos que una y otra vez se presentan en su red de vínculos en forma de fracasos, peleas, malos entendidos, rupturas de pareja, conflictos laborales y demás cuestiones que generan mucho malestar y sufrimiento.

Es imprescindible poder aprender a ser personas honestas y directas con nosotros mismos y con los demás y desarrollar habilidades expresivas que nos permitan sentirnos respetados y valorados, con derecho para poder manifestarnos desde esa autenticidad y, por supuesto, transmitir esto mismo a quien se encuentre con nosotros. No se trata de que seamos sinceros de manera tal que nos de igual si lo que decimos o hacemos dañe al otro o no. Una persona asertiva tiene en cuenta lo que le pasa pero también lo que puede sentir el otro, sabe medir las consecuencias de sus palabras y de sus actos. Una buena comunicación en la pareja siempre ha de ser respetuosa con los sentimientos del compañero.

Asertividad proviene de assertus, palabra que en latín significa afirmación de la certeza de una cosa. Es decir, que una persona asertiva sabe definir claramente lo que le pasa y el problema que le aqueja, a su vez que es capaz de expresar sus sentimientos, pedir lo que necesita, ver las opciones reales con las que se cuenta para que esto pueda resolverse de manera satisfactoria y, todo esto hace teniendo en cuenta al otro, teniendo empatía y comprendiendo su posición. En mi trabajo pongo atención a la manera en la que mis pacientes se expresan y ayudo a que vayan encontrando una manera clara y sencilla de manifestar lo que les pasa. Evitar las generalidades es fundamental a la hora de ser precisos en el lenguaje y en la descripción de lo que les ocurre. Quitar todo tipo de accesorios, lo superficial que nos aparte del tema central de lo que está ocurriendo aquí y ahora para poder expresarlo al compañero de manera más precisa, todo esto ayuda a mejorar la comunicación en la pareja.

En mi proceso terapéutico personal pude darme cuenta de lo difícil que es tener una manera asertiva de expresarme, sobre todo el poder tomar consciencia de mis pensamientos, sentimientos, motivaciones, necesidades y deseos sin reprimirlos ni juzgarlos, sin falsearlos por miedo a exponerme, a no ser comprendida, sentirme rechazada, y largos etcéteras. En el ir haciéndome responsable de lo que me sucede y asumiendo el riesgo de expresar lo que necesito (sin esquivar el bulto, sin desviarme ni falsearme para evitar una confrontación con el otro) es como he ido pudiendo ejercitarme y aprender a ser asertiva. La confrontación, me di cuenta, sorpresivamente, si es hecha desde una claridad y desde el respeto, en vez de causar problemas e incomodidad, trae bienestar y alivio en las relaciones, sólo que hemos sido educados para no hacerlo, para tapar, para callar y disimular. Nos hemos acostumbrado por miedo, por vergüenza o por culpa a tergiversar lo que nos pasa, a no ser capaces de comunicarnos de manera genuina y así, reprimiendo nuestro sentir y nuestra verdad, aunque en el fondo sepamos perfectamente lo que nos pasa, elegimos callarnos o erramos en la manera en la que nos expresamos.

En las sesiones de terapia me concentro en identificar lo que las personas tratan de expresar sin éxito y poco a poco voy ayudando a que se pongan en contacto con su realidad y con sus necesidades genuinas para ir satisfaciéndolos de manera efectiva. Es la única manera de que recuperen la salud y el bienestar, el disfrute en sus relaciones, la creatividad y la alegría.

La Terapia Gestalt es una herramienta muy efectiva a la hora de ayudar a las personas a que sean sinceras consigo mismas, este es el primer paso para lograr una buena relación con los demás, empezar con ser asertivos con nosotros mismos, hablarnos de manera clara y concreta, sin vueltas, sin fantasía, sin evadirnos. A partir de aquí, ya no puedo dejar de darme cuenta si dejo de ser asertivo/a para no causar desagrado o no ser rechazado. Si bien puede parecer que esta postura es cómoda e inocua, que es mejor callar y que esté “todo bien, todo tranquilo” la verdad es que no lo es para nada, por debajo de la alfombra se van escondiendo la incomodidad, los desacuerdos, la falta de respeto a mis necesidades con el creciente resentimiento que va a ir acumulándose en la relación y que irá saliendo por lo bajo en forma pasiva, sutil y dañina. Esa relación que quisimos preservar a base de tragar y disimular está destinada al fracaso si no cambiamos la manera.

Otra cosa que aprendí gracias a la terapia es a sentirme merecedora de tener mis propias opiniones, de ir en busca de mis necesidades y de querer alcanzar mis metas. También saber que tengo derecho a equivocarme, y que mis sentimientos, emociones, pensamientos e intuiciones no estoy obligada a compartirlas, pertenecen a mi privacidad y las abro con quién yo elija y en el momento que yo sienta que es el adecuado. Sabiendo cuáles son mis derechos y responsabilizándome de ellos puedo ser asertiva conmigo misma y respetándome así puedo ponerme en el lugar del otro, comprender su situación y ser respetuosa a su vez con sus límites y sus derechos. Respetar mi estado emocional, mi enojo, mi necesidad de decir No, de pedir y encaminarme a satisfacer mis necesidades genuinas de una manera adecuada, desde la madurez, me permite estar en contacto real y sincero conmigo misma y desde ahí me conecto y me relaciono con los demás. Cuando comencé a incorporar esta manera de funcionar, la comunicación en la pareja que tenía por aquel entonces mejoró notablemente.

En las sesiones de terapia individual o de terapia de pareja acompaño a las personas a que comiencen dando pequeños pasitos, que se animen a poner de manifiesto su desacuerdo ante alguna situación, comunicar si algo les está resultando incómodo o injusto, poder cuestionar en el caso de no ver claramente algo que les implica y les comprometerá…todo esto expresado de la mejor manera posible, es decir con asertividad mejorará el estado de la comunicación en la pareja. EL comienzo puede ser caótico, ya que es un aprendizaje y hay que encontrar la manera que es propia de cada cual. Depende cómo sea cada uno podemos ver que si uno ha tragado mucho en su vida ahora comienza a decir todo de una manera exagerada y sin filtros, pero poco a poco eso se regula y equilibra. Cuando hacemos un cambio, la mayoría de las veces nos vamos a la otra polaridad, al otro extremo y luego eso se va acomodando. Lo importante es que el cambio se haga, encontraremos por el camino las herramientas que nos ayudan a hacerlo de la mejor manera. Es un aprendizaje y no hay una receta que pueda ser igual para todos, cada individuo es único y lo que a uno le ayuda no le va bien al otro. Por eso lla terapia es tan importante como vía de autoconocimiento y de transformación, porque es desde este conocerse a uno mismo como podemos aprender y descubrir lo que nos va bien a cada uno en su diferencia desde el respeto.

Verónica Civatti, terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

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