Superar el pasado traumático familiar

¿Sientes que tienes asuntos sin resolver que afectan a tu presente causando malestar y que no te es posible superar el pasado? ¿Vives situaciones en la actualidad que recrean el dolor que has experimentado anteriormente y no sabes cómo salir de esa cadena de repetición continua con diferentes caras y personajes pero que activan el mismo sufrimiento que ya has vivido?

Cuando no hemos podido resolver bien el dolor vivido en el pasado reaparecen en nuestras vidas el miedo al abandono, la inseguridad, la dependencia emocional, desequilibrios emocionales e interpersonales y demás situaciones que nos apartan del bienestar y que casi nunca tienen conexión con la realidad de lo que estamos viviendo, sino que son memorias antiguas que nos hacen proyectar en el presente estas sombras del pasado.

Superar el pasado para dejar de sufrir

En mi consulta de Terapia Gestalt en Barcelona veo continuamente cómo mis pacientes tienen dificultades para vivir en plenitud y disfrutar de su presente, justamente porque les vuelve una y otra vez alguna “Gestalt inconclusa” (como le llamamos a los asuntos pendientes que nos llaman a la puerta trayéndonos incomodidad para que nos veamos forzados a resolverlos) que les hace distorsionar la realidad de lo que están viviendo y repetir situaciones poco gratificantes mientras se mantienen alejados de la buena vida y el éxito. Para poder superar el pasado y avanzar con fuerza y alegría hacia nuestras metas es necesario pedir ayuda profesional, dejarse acompañar por un buen terapeuta y realizar un proceso terapéutico con paciencia y compromiso.

La capacidad que tenemos para entablar relaciones está determinada por las experiencias que hemos tenido desde nuestra llegada al mundo y por cómo ha sido el ambiente en nuestra infancia. Nuestros padres o quienes nos hayan criado son la base donde se construye nuestra identidad y se estructura nuestra autoestima. Es decir que los padres moldean desde nuestra primerísima infancia lo que será la trama de nuestra vida futura. Aún antes de nacer ya cargamos con  las proyecciones que ellos depositan en nosotros y que a su vez vienen determinadas por la historia familiar y las herencias generacionales que pasan de una a otra. Hace falta revisarlas para poder decidir cuáles son las que nos aportan fuerza y nos empujan a ser nosotros mismos y cuáles nos cargan de peso y repeticiones de sufrimientos de nuestros ancestros.

Algunas veces se trata de situaciones realmente graves y evidentes que provienen de familias en las que hay mucho dolor y, otras veces tiene que ver con hechos mucho más sutiles en lo aparente pero que de todos modos traen grandes complicaciones. Esto lo veo a diario en mi trabajo como terapeuta Gestalt en Barcelona, acompañando a personas que quieren comenzar a emprender su propio camino de vida con fuerza y a ser capaces de realizarse con plenitud en esta vida dejando de repetir patrones y conductas destructivas adquiridas en sus familias y durante la infancia.

Puede ser que un grupo familiar comparta el dolor por una situación muy dura que haya ocurrido y que no hayan podido superar, a pesar de ser muy unidos y tenerse mucho amor entre ellos. Por lo tanto una manera de ser fiel y pertenecer a la familia consiste en estar en conexión con este hecho desgraciado y vivir en función de esto. Pero, si uno de ellos quiere comenzar a mostrarse feliz o superar el pasado doloroso se sentirá que está traicionando su lealtad con los demás integrantes. Estas situaciones requieren mucho acompañamiento y conciencia porque una de las cosas que más tememos las personas es la exclusión y perder la pertenencia, por lo que estamos dispuestos desde el amor ciego e infantil a pagar con nuestra infelicidad con tal de no sentirnos apartados o diferentes de nuestra familia.

Cuando cargamos con heridas del pasado construimos un guión de vida a través del cual recreamos las situaciones pendientes en todos los escenarios de nuestra vida. Provocamos que sean nuestra realidad y nos obstaculicen el presente generando grandes impedimentos en la construcción de un futuro pleno porque proyectamos estas vivencias en quienes nos rodean generando más malestar en nuestras relaciones.

Elaborar lo sucedido a través de una terapia y poder cambiar la mirada de lo ocurrido en nuestra infancia, desde el adulto que ahora somos, permitirá que el pasado que fue difícil no contamine nuestro presente con actitudes, síntomas, patrones de relación y demás cuestiones que impidan que podamos tener relaciones sanas de enriquecimiento mutuo y satisfacción profesional.

Poner conciencia en cuál es el rol que hemos ocupado en nuestra familia y ser capaces de movernos hacia el lugar adecuado que nos correspondería permitirá que recuperemos la fuerza y el lugar correcto en la vida. También hará que en nuestra familia poco a poco todos se vayan recolocando y eso traerá mucho bienestar no solamente para nosotros sino para todo el resto recuperando la alegría y la buena relación entre todos. Es decir, que si nos comprometemos a superar el pasado a través de un proceso terapéutico seremos capaces de vivir con confianza y de ir hacia nuestro verdadero camino, además de ayudar al resto de nuestra familia a encontrar esa paz que todos anhelamos sentir para que pueda fluir entre todos el amor de una manera adecuada.

Verónica Civatti. Terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

Anterior
Anterior

Relaciones saludables

Siguiente
Siguiente

Atrevernos a pedir ayuda