Proceso de duelo para superar una muerte

Hace unos días escribí sobre el duelo en una ruptura de pareja y ahora quisiera comentar algunas cosas que considero importantes acerca de qué ocurre cuando una persona que queremos y con la que estamos unidos a través de un vínculo importante para nosotros muere.

La muerte de un ser querido es un dolor muy grande al que todos nos hemos tenido que enfrentar o, si no ha sido así aún, nos tendremos que enfrentar en algún momento de nuestras vidas. Es un impacto que dejará una huella profunda y cuyas consecuencias varían para cada persona en particular.

En occidente vivimos la muerte de una manera muy poco natural, no se habla abiertamente de ella y damos por supuesto que contamos con las personas que amamos, aunque estén a la distancia, cada día de nuestra vida. Desde mi consulta como Terapeuta Gestalt en Barcelona observo esta situación en mis pacientes, no es fácil poder hablar sin rodeos o evitaciones cuando de este tema se trata. Sin embargo, el mundo parece detenerse de golpe cuando la muerte de un ser querido llega. Nos enfrentamos ante una pérdida y nos tendremos que entregar a un proceso de duelo. Esto significa ponernos en contacto con el vacío que ha dejado la ausencia de la persona amada y, darle el lugar de importancia y atención paciente que se merece la elaboración de este proceso transitando con la mayor conciencia y acompañamiento posible el sufrimiento y la frustración que nos provoca esta pérdida.

Entregarse al dolor para superar la muerte y el duelo de un ser querido

Las reacciones para cada persona pueden ser muy diferentes, por ejemplo hay quienes se ven visiblemente afectados, en cambio hay otros que parecieran no estarlo pero en lo interno el dolor lo sienten de la misma manera. Sin embargo, la necesidad de enfrentarnos con esta ausencia será para todos igual de importante. Asumirla y aceptarla será un camino que a cada cual le hará profundizar en sí mismo inevitablemente. Es un movimiento de retracción al que nos vemos impulsados y que nos sacude intensamente. Nos hace transitar por la negación de lo ocurrido, la rabia, tristeza, apatía, falta de apetito, insomnio, angustia, ansiedad, pérdida de conexión con el deseo, poco interés de relacionarse con otras personas y largos etcéteras que difieren como había dicho antes según cada persona…

En mi consulta de Terapia Gestalt en Barcelona atiendo a muchas personas que se aferran a la muerte y al duelo como una manera de retener y no querer soltar a la persona amada y, de esta manera se instalan en un sufrimiento crónico que bloquea el proceso natural de duelo y no llegan a sentir la aceptación de lo ocurrido.Cuando esto ocurre hay un rumiar constante de reproches y sentimientos de culpa, sensaciones de impotencia por no haber podido hacer algo que impidiera que esa persona amada se muera. Nos invade la culpa por seguir vivos y no haber sido nosotros los que nos fuimos en su lugar. Siempre es recomendable acudir a terapia cuando de una pérdida se trata y, en estos casos aún más, ya que la persona no puede salir sola de un dolor tan grande.

Desde mi trabajo proporciono acompañamiento en estos tránsitos difíciles y ayudo a superar este sufrimiento adentrándonos en el dolor real y de esta manera descubrimos que este proceso no sólo tiene un final, sino que además recibimos grandes comprensiones y una transformación personal si lo atravesamos con conciencia a través de un buen proceso terapéutico y no lo evadimos. Con un poco de tiempo y paciencia podremos recuperarnos y seguir adelante con la vida recobrando la alegría, la fuerza y las ganas de vivir.

Es importante saber que el dolor si bien duele y no se irá de un día para el otro, que trabajar en terapia un proceso de duelo bien hecho que ayude a dar un sentido a esa muerte nos aporta grandes bendiciones si aprendemos a entregarnos al dolor tanto como lo hacemos cuando estamos transitando momentos alegres y felices. Fritz Perls, el creador de la Terapia Gestalt dijo una frase que utilizamos los gestaltistas con bastante frecuencia: "Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer, no restrinjas tu percatarte."

A su vez, antes mencionaba el peligro de caer en un duelo interminable en el que la persona quiere seguir aferrada al ser amado perdido. Pero, también hay que prestar atención a la otra forma de quedar atrapados en el sufrimiento que es el querer pasar página rápido. Muchas personas que están cerca de alguien que sufre la muerte de un ser querido y transita un duelo la empujan a que se pongan bien, que salgan y se diviertan, quieren verlas contentas, les dicen que es lo mejor para todos, que ahora esa persona descansa en paz y demás argumentos que poco ayudan en estos momentos. Si bien éstas siempre son buenas intenciones, no alivian para nada a quien está atravesando un duelo. Quien quiere y sabe cómo acompañarnos realmente, comprende que no nos tiene que presionar ni exigir que evadamos el dolor.

En cambio, hay que retomar poco a poco contacto con las personas que amamos y que están a nuestro lado en resonancia con lo que nos ocurre pero sin fomentar nuestro anclaje en el sufrimiento. Volver a contactar con lo que disfrutamos y acompañarnos con mucha compasión, paciencia y comprensión hacia nosotros mismos. Darnos el tiempo de recuperación necesario sin quedarnos paralizados por la impotencia y la frustración hará que vayamos encontrando aceptación ante la muerte ocurrida y que podamos darle un significado que no esté conectado con el drama y el apego que tanto sufrimiento nos causa.

Tengo la suerte de poder acompañar a través de la terapia muchos procesos de pacientes que han confiado en mi ayuda para transitar estos momentos y puedo asegurar que es un trabajo muy profundo a realizar y realmente transformador.

Verónica Civatti. Terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

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