El duelo en la ruptura de pareja

Elaborar y aceptar el duelo en una ruptura de pareja nunca es un proceso fácil. La pareja es uno de los proyectos más desafiantes y profundos en la vida de una persona y, también uno de los más delicados. La manera y el cómo se plantee esta ruptura son muy importantes y puede afectarnos fuertemente durante un largo tiempo en el que nos veremos con la necesidad de gestionar este proceso adecuadamente. La mayoría de las veces esto significa ser capaces de pedir ayuda terapéutica y comenzar un proceso de terapia individual y/o una terapia de pareja.

En una ruptura de pareja nos enfrentamos a la pérdida de un vínculo muy importante. Cortar este lazo y dejar de contar con las costumbres que habíamos creado conjuntamente, los amigos en común, el contacto físico, la sexualidad, etc es muy doloroso. Necesitaremos elaborar un proceso de duelo adecuado, que tiene sus tiempos y etapas por las que nos veremos obligados a transitar.

La importancia de realizar un proceso de duelo ante una ruptura de pareja

Muchas veces en mi consulta como terapeuta Gestalt en Bacelona me encuentro con pacientes que quieren rápidamente pasar por encima de este proceso y siempre les repito que, justamente como proceso que es, requiere sus tiempos y respetarlos correctamente hará que puedan superar bien este cambio de vida y estar disponibles para lo nuevo que se les presente con fuerza y alegría, sea lo que sea. Pero, no se puede hacer un salto hacia adelante y evitar así transitar momentos de tristeza, rabia, sentimientos de frustración…lo importante es atravesar estos inevitables vaivenes emocionales con conciencia a través de un buen proceso terapéutico y de la mano de un terapeuta, lo que no sólo permitirá aceptar la ruptura de pareja cuando llegue el momento adecuado (que para cada persona es diferente y varía según su ritmo y sus tiempos personales) sino también emprender un viaje interior en el que nos encontraremos con muchas otras heridas del pasado y situaciones inconclusas que estaban aguardando ser miradas e integradas con todo lo positivo que nos brinda esta posibilidad. Desde mi consulta de Terapia Gestalt en Barcelona acompaño en estos momentos de crisis en los que afloran a la superficie no sólo el dolor por la separación sino todas las experiencias del pasado que no se han podido digerir y que quedaron aparcadas generando malestar a la espera de ser vistas a la luz de la conciencia para poder integrarlas. Es cuando vivimos una fuerte crisis, por ejemplo la que se presenta con una ruptura de pareja, cuando volvemos a contactar con aquellos viejos dolores no resueltos y duelos pasados no elaborados de manera adecuada.

Es decir, poder hacer correctamente un duelo nos da la oportunidad de entrar en nuestras profundidades más íntimas y observar qué es lo que aún no está resuelto para pacientemente ir integrando estas experiencias y sanando a un nivel más profundo. En este sentido, si nos permitimos embarcarnos con este nivel de compromiso y profundidad a través de la terapia individual y/o la terapia de pareja, esta gran crisis que provoca esta dolorosa pérdida, se convierte en una oportunidad de reencontrarnos más íntimamente con nosotros mismos y contactar con nuestras necesidades y deseos que habían quedado por el camino.

En el caso de que no hayamos sido nosotros los que tomamos la decisión de la ruptura de pareja, este choque inicial nos obliga a aceptar que ya no nos aman de la manera que nos gustaría y esto es todo un desafío para nuestra autoestima. Nos conducirá a tener que ver cómo nos encontramos en nuestro amor y respeto por nosotros mismos y, a reconocer hasta qué punto habíamos depositado nuestro valor personal en la mirada y apreciación que recibíamos de nuestra pareja. También nos pone ante el desafío de examinar qué nivel de dependencia establecemos en nuestros vínculos afectivos.

Es cierto que todos necesitamos del amor de los demás para poder estar sanos y sentirnos felices. Por nuestra condición de mamíferos, los seres humanos necesitamos de los otros para nutrirnos afectivamente y sobrevivir. Pero, si nuestro nivel de carencia y falta de amor propio es excesivo, esta ruptura de pareja nos obligará a tomar conciencia de ello y a reconocer que, justamente con nuestra relación afectiva tapábamos ese sentimiento de vacío, muchas veces manteniéndonos en este vínculo aún sabiendo que no funcionaba por no volver a contactar con él. Nos hace comprender también qué es lo que nos ha llevado a tener esta pareja, qué nos ha aportado de bueno y por qué ha llegado esta relación a su fin. Y, en el mejor de los casos, ser capaces de agradecer de todo corazón su paso por nuestra vida y quedarnos con lo que nos ha aportado de bueno, dejando a un lado lo que no pudo ser, gestionando el miedo y la culpa que, inevitablemente, aparecerán durante el proceso.

"La responsabilidad no es un deber sino un hecho inevitable. Somos los actores responsables de cualquier cosa que hagamos. Nuestra única alternativa es reconocer tal responsabilidad o negarla. Y percatarse de nuestra verdad, nos cura de nuestras mentiras" Claudio Naranjo

Cuando hemos tenido una ruptura de pareja tormentosa, lo más fácil es culpar al otro de todo lo ocurrido pero, justamente esta actitud es la que nos va a dejar anclados en el sufrimiento y es por eso que es muy importante tomar nuestra responsabilidad para poder avanzar y crecer ante esta dolorosa situación. Tenemos responsabilidad en todo lo que nos ocurre en nuestra vida y en los momentos en los que sufrimos golpes inesperados, esta se traduce en transitarlos con la mayor conciencia posible y buscar la ayuda terapéutica que necesitamos para evitar caer en actitudes victimistas.

Desde mi trabajo hago mucho hincapié en la responsabilidad que tiene el paciente con respecto a su actitud hacia sus circunstancias vitales y su dolor. Si finalmente nos damos cuenta de que nuestra pareja era dañina para nosotros, tendremos que plantearnos qué es lo que nos ha llevado a encontrarnos con esta persona y a mantener una relación íntima con ella. No para culparnos con dureza pero sí para descubrir qué miedos habitaban en nosotros que nos llevaron a aceptar esto y qué carencias y experiencias infantiles estábamos reviviendo a través de esta relación. Repetiremos nuestras experiencias traumáticas del pasado hasta que no podamos ponerles conciencia y cambiar nuestros patrones de relación. Desde mi trabajo acompañando personas en sus procesos personales he descubierto los enormes cambios y transformaciones que logran cuando se adentran en sí mismas y se atreven a mirar estas situaciones de su vida con aceptación y prefiriendo no evadirse ni mentirse.

Para poder emprender un camino distinto y nuevo tenemos que examinar nuestro miedo a estar solos, nuestro nivel de dependencia emocional, nuestro amor propio y capacidad de poner límites ante lo que nos daña. Y, cuánto estamos dispuestos a pagar por no afrontar todo esto y madurar logrando así establecer relaciones más sanas. La terapia individual y/o la terapia de pareja te ayudará en este proceso.

Finalmente, como decía anteriormente, llegar a sentir el agradecimiento ante lo vivido es una parte crucial de la terapia. Poder darle valor a lo que nos ha dado esta persona para poder aceptar la ruptura de pareja, soltar al otro y también, facilitarle el desprendimiento de nosotros mismos. Apreciar lo que sí ha habido es muy importante, así como el aprendizaje, la conciencia y la responsabilidad en todo lo compartido. Reconocer esto con gratitud es lo que va a permitirnos que esta herida se sane y encontremos el significado y valor que nos ha brindado en nuestra vida, como así también la oportunidad de crecimiento personal si lo hemos podido transitar con conciencia a través de un proceso terapéutico profundo y correctamente acompañados. La Terapia Gestalt, de la mano de un buen terapeuta que haya hecho en sí mismo el trabajo durante un tiempo prolongado, es en mi opinión la más efectiva para lograr un cambio transformador, positivo y duradero.

Verónica Civatti. Terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

Anterior
Anterior

Dependencia emocional

Siguiente
Siguiente

Ansiedad y estrés